¿Es normal que me duela lactar?
Aunque amamantar es un acto natural, el inicio de la lactancia no siempre es fácil. A veces aparecen molestias, e incluso dolores, que hacen que dar el pecho al bebé se convierta en algo heróico.
De acuerdo a la investigación hecha por Bettina Gerbeau, consultora diplomada en lactancia materna (IBCLC), existen varios motivos que provocan este dolor, aquí te contamos de algunos y cómo se pueden solucionar.
- Mamas congestionadas
El pecho está hinchado, caliente y duele. Las medidas a tomar dependen del tipo de congestión:
- Congestión primaria. Tiene una causa hormonal y aparece tras dar a luz, cuando el calostro se transforma en leche materna. Se alivia aplicando calor húmedo.
- Congestión secundaria. Se conoce con el nombre de ingurgitación mamaria. Puede aparecer en cualquier momento durante la lactancia cuando el bebé no vacía bien el pecho o la madre deja pasar mucho tiempo entre toma y toma y el seno tiene demasiada leche acumulada. Se alivia vaciando el pecho: poniendo al niño a mamar a menudo o extrayéndose leche con el sacaleches y aplicando frío después de la extracción (entre toma y toma).
2. Grietas en los pezones
Las grietas son heridas o fisuras muy pequeñas que hacen muy dolorosa la toma, estas pueden aparecer cuando el bebé se agarra mal.
- Hay que revisar la técnica de la succión y, en algunos casos, la posición (por si el cuerpo del bebé queda algo alejado del de mamá). Conviene probar diferentes posiciones hasta hacerse con una que logre un agarre profundo.
- El bebé debe abrir mucho la boca para que le entre todo el pezón y gran parte de la areola. Acercale suavemente al pezón para que lo sujete con la lengua y haga el vacío sin morder. Para que no aparezcan grietas, sus labios deben estar abiertos, no metidos hacia dentro.
- Para liberar el pezón puedes introducir un dedo por la comisura de su labio, no lo apartes de golpe si no ha abierto la boca.
- Tanto para evitar las grietas como para curarlas, si ya se tienen, el mejor tratamiento es la propia leche materna. Después de amamantar, es bueno untar el pezón y la areola con la leche del final (más grasa) y dejar que se seque al aire.
3. Mastitis
La mastitis suele ser resultado de una ingurgitación no tratada a tiempo o a una infección que se ha colado por las grietas abiertas. El pecho está inflamado, caliente y con mucho dolor. Puede aparecer fiebre, escalofríos y malestar general.
- Conviene seguir la siguiente rutina cada dos o tres horas: ponerse calor en los pechos antes de amamantar, masajear la zona, extraer la leche (bien poniendo al bebé al pecho o con sacaleches) y aplicar frío después.
- Si no mejora en unas horas, es señal de acudir al médico. Si hay infección, puede recetar antibióticos.
4. Hongos
Los hongos aparecen por contagio, cuando el bebé los tiene en la boca(puede cogerlos al tomar ciertos antibióticos o al chupar las cosas) y los transmite a los pezones maternos al lactar. El pezón está rosado y húmedo y se nota un dolor agudo, como si nos clavaran agujas.
- Hay que tratarlos cuanto antes, tanto los de la madre como los del hijo. El médico suele recetar una pomada para la piel de la madre y un gel para el bebé.
- Aunque son muy molestos, no influyen en la lactancia. No hay razón para suspender.